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viernes, 13 de julio de 2012

LOS TRES TIPOS
DE RITUAL SATÁNICO

     Hay tres tipos de ceremonias incorporados en la práctica de la Magia Satánica: Cada uno corresponde a una emoción humana básica. Al primero de éstos lo llamaremos ritual de sexo.
     Un ritual de sexo es lo que se conoce comúnmente  como ‘hechizo de amor.’ El propósito al realizar tal ritual es el de crear un deseo de parte de la persona a quien deseas, o invocar un compañero sexual para satisfacer tus deseos. Si no tienes en mente una persona específica o un tipo de persona como para causar un estímulo sexual lo suficientemente intenso de manera que culmine con un orgasmo, no tendrás éxito en tu ritual. La razón para esto es que si, por accidente, el ritual tiene éxito, de qué ha de servirte si no puedes tomar ventaja de dicha oportunidad, debido a la falta de estímulo o deseo? Es muy fácil confundir un encantamiento por los motivos anteriores, con lanzar un conjuro para satisfacer tus deseos sexuales.
     El encantar para auto-engrandecerse, cuando va acompañado de magia ceremonial, puede ir tanto en la categoría de ritual de compasión, como en la de destrucción, o posiblemente ambas. Si quieres o necesitas algo hasta el punto de sentir tristeza o angustia sin ello, y puede obtenerse mediante el uso del glamour y el encanto, sin hacerle daño a alguien más, entonces puede incorporarse a un ritual de compasión para incrementar tu poder. Si deseas encantar tenderle una trampa a una víctima propicia, para tus propios propósitos, lo adecuado es un ritual de destrucción. Estas fórmulas han de tenerse en cuenta, ya que el aplicar el tipo de ritual equivocado a un resultado deseado, puede llevarte a problemas muy complicados
     Un buen ejemplo de esto es la chica que se ve asediada por un pretendiente demasiado insistente. Si ha hecho bien poco para alentarlo, lo que puede hacer es reconocerlo como el vampiro psíquico que es, y dejarle seguir interpretando su papel masoquista. Sin embargo, si ella lo ha encantado frívolamente, alentándole de todas las formas posibles, y se da cuenta que, muy a su pesar, se ve como su objeto de deseo sexual, no puede culpar a nadie más excepto a ella misma. Tales ejercicios sirven para levantar el ego, nacidos de una formación que niega el yo, que hace de estos ‘embrujos’ algo necesario. El Satanista tiene la fuerza suficiente para utilizar los encantamientos para su propia gratificación sexual, o para ganar poder o éxito de naturaleza específica.
     El segundo tipo de ritual es de naturaleza compasiva. El ritual de compasión, o ‘sentimental,’ se realiza con el propósito de ayudar a otros, o de ayudarse a uno mismo. Salud, felicidad en el hogar, negocios, éxito material y destreza en los estudios, son unos cuantos ejemplos de las situaciones que puede abarcar un ritual de compasión. Puede decirse que que esta forma de ceremonia podría clasificarse como caridad genuina, teniendo en mente que “la caridad comienza en casa.”
     La tercera fuerza motivacional es la de destrucción. Esta es una ceremonia utilizada para exteriorizar rabia, molestia, desdén, desprecio, o bien odio puro. También es conocido como hechizo, maldición, o agente destructor.
     Una de las falacias más grandes sobre la práctica de de la magia ritual, es la noción de que uno debe creer en los poderes de la magia para poder ser herido o destruido por ellos. Nada podría estar mas lejos de la verdad, ya que las víctimas más receptivas siempre han sido los que más se mofan de ella. La razón es terriblemente sencilla. Un miembro de una tribu, no civilizado, es el primero en acudir al médico brujo o chamán más cercano cuando siente que va a ser atacado por un enemigo. La amenaza y la presencia del daño es consciente en él, y la creencia en el poder de la maldición es tan fuerte que tomará cualquier precaución contra ella. De esta manera, por medio de la aplicación de magia simpática, contrarrestará cualquier hechizo que se le atraviese. El hombre cuida sus pasos, y no corre ningún riesgo.
     Por otra parte, es el hombre "emancipado" o "ilustrado" para quien no hay lugar en su vida para tales "supersticiones", relegando a su inconsciente el miedo a la maldición, nutriéndola de manera que se convierta en una fuerza fenomenalmente destructiva que se multiplicará con cada desgracia que tenga el sujeto. Por supuesto, con cada retroceso o paso en falso que tenga, el no-creyente negará automáticamente cualquier relación con el conjuro, especialmente a sí mismo. Esta negación enfática consciente del potencial del conjuro es el mismo ingrediente que posibilitará su éxito, haciendo que el sujeto sea cada vez más proclive a tener accidentes. Muchas veces, la victima negará que su destino tenga cualquier influencia mágica, aún en el momento de expirar, -aunque el mago se halle completamente satisfecho, siempre y cuando obtenga el resultado deseado. Debe tenerse en cuenta que no importa si alguien le da o no importancia a tu "trabajo", siempre y cuando los resultados estén acordes con tu voluntad. Siempre existirá el super-lógico que explicará la conexión que hay entre la magia ritual y el resultado final como una 'coincidencia'.
     Tanto si la magia se practica con propósitos constructivos o destructivos, el éxito de la operación depende de la receptividad de la persona que va a recibir la bendición o maldición, cualquiera que sea el caso. En el caso de un ritual de sexo o de compasión, resulta de gran ayuda si el recipiente tiene fe y cree en la magia, pero la victima de un hechizo o maldición es mucho más proclive a ser destruido si NO cree en ella! Mientras el hombre conozca el significado del miedo, necesitará de medios y formas para defenderse. Nadie lo sabe todo, y mientras exista la capacidad de asombro, habrá fuerzas potencialmente peligrosas. Es éste miedo a lo desconocido, y la fascinación por lo desconocido, el que impulsa al hombre de lógica a elaborar sus explicaciones. Obviamente, el hombre de ciencia está motivado a descubrir con sus propios sentidos y su capacidad de asombro. Y sin embargo, qué triste que éste hombre que se considera a sí mismo ‘de lógica’ suele ser el último en reconocer la esencia de la magia ritual.
      Si la fe y el fervor religiosos pueden hacer que aparezcan heridas sangrantes en el cuerpo, a semejanza de las que se supone fueron inflingidas a Cristo, se les llama ‘estigmas’.  Estas heridas aparecen como resultado de la compasión llevada a un extremo emocionalmente violento. ¿Por qué, entonces, hay dudas sobre los extremos destructivos que pueden lograr el miedo y el terror? Los llamados ‘demonios’ tienen el poder de destruir, y hacer daño en la piel, teóricamente, tanto como un puñado de clavos, desde hace tiempo oxidados, pueden crear un extático derrame de sangre en una persona que está convencida de que está clavada a la cruz del Calvario.
     Por ende, nunca intentes convencer al escéptico sobre quién planeas lanzar una maldición. Deja que se burle. El enseñarle, disminuiría tus posibilidades de éxito. Escucha con complacencia mientras se ríe de tu magia, sabiendo que sus días están llenos de amargura. Si es lo suficientemente despreciable, por Satán que hasta puede morirse - riéndose aún!
UNAS PALABRAS DE ADVERTENCIA!
- A QUIENES PRACTICASEN ESTAS ARTES -


En cuanto al Ritual de Sexo:
 
 
 
 
Aprovéchate lo más que puedas de los hechizos y conjuros que den resultado; si eres un hombre, inserta en ella tu miembro erecto con deleite lascivo; si eres una mujer, abre tus piernas con ardiente anticipación .
En cuanto al Ritual de Compasión:
 
 
 
 
Asegúrate que no te arrepentirás de la ayuda que vas a brindarle a otros, si el beneficio que han de recibir pone un obstáculo en tu camino. Sé agradecido con las cosas que te llegan como producto de la magia.
En cuanto al Ritual de Destrucción:
 
 
 
Asegúrate que NO te importa si tu víctima sigue viviendo, o muere, antes de lanzar la maldición, y una vez hayas causado su destrucción, alégrate, en lugar de sentir remordimiento alguno

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